Vosotros que escondéis el rostro cuando pasáis por nuestro lado,
no tenéis ni la más puta idea de lo que respira la vida y la gente en los barrios.
Cómo de enfermas estarán vuestras cabezas
que nos pedís que justifiquemos nuestra alegría,
haciendo apología de lo correcto y la decencia.
Con qué autoridad os creéis para exigirnos cuentas
porque no nos resignamos a engordar vuestras barrigas de avaricia y opulencia.
Por qué divinidad os pensáis elegidos para marcarnos el camino
y obligarnos a entregaros nuestra voz y nuestro frío.
Y es que aun no os habéis dado cuenta.
Somos hijos de la decepción y el desengaño,
militantes de un mundo que se nace y se acerca con el paso cambiado.
Es falso que no tengamos motivaciones,
únicamente nos sobran vuestras reglas,
y aspiramos a ser algo más que un número para cuadraros las cuentas.
Y sí, vivimos de noche y hacemos ruido;
y follamos por deporte y volvemos a ser niños;
y nos ponemos borrachos de risas y gemidos;
y aspiramos algún polvo que acelere los sentidos.
¿y todavía no lo comprendes?
No nos vale vuestro mundo,
No somos, ni seremos parte de vuestro circo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario