Hoy me
reclino en este ambiente de cuartillas y borrones.
Es uno
de esos días en los que me veo obligado a convocar al alma y la mente
en una
improvisada asamblea de folios en blanco,
Se hace
necesario, así, de vez en cuando,
agarrar
las miserias de uno, subirles el tono y buscarles asiento,
escapando
del ruido y los nervios que van devorando este mundo maltrecho.
Es
cierto que me gusta el alcohol.
Reconozco
que suelo volver a casa cuando en los coches no queda ni rastro de escarcha.
O que
no acostumbro a recordar siquiera el nombre
de
algunas de las mujeres con las que paso la noche.
No es
menos cierto que ando corriendo de un lado a otro.
Que
hace ya algún tiempo que dejé de sentarme en la orilla
a
contemplar como las olas rompen contra las rocas,
desafiando
una vez tras otra, los límites que les impone la tierra.
Supongo
que este vivir agitado
es
producto de una época de mensajes cortos y pocas novelas,
de twiteres y feisbucs,
de
hacer camino salto a salto,
exprimiendo
la risa y la prisa ante un futuro cada vez más incierto.
Pero el
caso es que esta noche, descansando resacas y dolores de cabeza,
lamento
no haber pisado más a menudo el freno.
Y es
que soy consciente que de tanta corrida (no se asusten)
he
dejado de tocar un buen puñado de momentos y unos cuantos placeres.
Pero al
fin y al cabo, de prisas y tropiezos he terminado siendo lo que soy.
Y a
pesar de todo, cada día que me levanto,
me
reconozco en el reflejo que me devuelven la ventana, el espejo y vuestros
rostros.
Que de
curiosidad y ganas de vida he conocido mil lugares y alegrías;
sexo
consciente y sexo descreído;
puños
cerrados y cantes valientes;
rabia y
deseo;
llanto
y gemidos.
Pero no
me dejen solo en este malestar intermitente.
Démosle
la vuelta a sus esquemas y sus buenos modales.
Y si se
nos agotan las risas, las canciones y los días,
salgamos
con el cubo, la brocha y los pinceles.
Son
nuestros los sueños, la vida y las calles.
Suyas
las corbatas, las distancias y los corazones que no tiemblen.
O se vive a mil por hora o uno se muere viviendo. Me ha encantado esta entrada. Chapeau!
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